Director: Gus Van sant
Año: 1989
Reparto: Matt Dillon (Bob), Kelly Lynch (Dianne), James LeGros (Rick), Heather Graham (Nadine), Eric Hull (farmacéutico), Max Perlich (David), James Remar, John Kelly, Grace Zabriskie, George Catalano.
Puntuación: 8/10
Bob es el líder de un grupo de drogadictos dedicados a atracar farmacias por toda la ciudad. Perseguido por la policía, y habiendo estado varias veces en la cárcel, Bob es un tipo listo y astuto, calculador y meticuloso a la hora de cometer un robo. Pero además, es una persona maniática y supersticiosa; hábitos desarrollados a raíz de los diferentes sucesos que le han llevado a la cárcel. Es por eso que, tras un nuevo suceso de mal augurio, decidirá acabar con su vida de delicuente y desintoxicarse, algo que su mujer Dianne no comprende.
Gus Van Sant, en una de sus primeras películas, nos presenta un largo crudo, y de visión realista, acerca del mundo de las drogas. Una fantástica recreación acerca de la adicción y la gran sensación experimentada por el consumo (en cantidades industriales) de estas sustancias. Explica, de forma detallada y simple, el placer sentido por los protagonistas; ayudandose de algunas escenas de paranoia y alucinación, al estilo de "Requiem por un sueño", pero sin llegar a que te hartes a la mitad de la película (la sutileza es una virtud). Dillon está escepcional, su personaje tiene fuerza tanto de líder entusiasmado por drogarse, como de persona arrepentida con ganas de lavarse la cara.
Una representación excelente del orgasmo artifical de pincharse. Junto con trainspotting, una de las mejores películas acerca de este mundo.
Gus Van Sant, en una de sus primeras películas, nos presenta un largo crudo, y de visión realista, acerca del mundo de las drogas. Una fantástica recreación acerca de la adicción y la gran sensación experimentada por el consumo (en cantidades industriales) de estas sustancias. Explica, de forma detallada y simple, el placer sentido por los protagonistas; ayudandose de algunas escenas de paranoia y alucinación, al estilo de "Requiem por un sueño", pero sin llegar a que te hartes a la mitad de la película (la sutileza es una virtud). Dillon está escepcional, su personaje tiene fuerza tanto de líder entusiasmado por drogarse, como de persona arrepentida con ganas de lavarse la cara.
Una representación excelente del orgasmo artifical de pincharse. Junto con trainspotting, una de las mejores películas acerca de este mundo.
