miércoles, 27 de octubre de 2010

DULCE PÁJARO DE JUVENTUD (Sweet birth of youth)





Director: Richard Brooks

Reparto: Paul Newman, Geraldine Page, Ed Begley, Shirley Knight, Rip Torn, Madeleine Sherwood, Mildred Dunnock

Año: 1962

Puntuación: 7,5/10




Chans es un joven aspirante a actor que un día regresa a su ciudad natal acompañado por una conocida actriz, Alexandra del Lago, ahora en decadencia. Su regreso es en realidad un intento desesperado por recuperar a su amor de toda la vida y llevársela consigo a Hollywood, siendo Alexandra su pasaporte al éxito.

      No todos los seres humanos nacen bendecidos con el don del dinero. Salir adelante para conseguir un sueño, cumplir aquello que siempre quisiste, y alcanzar tus metas es el esfuerzo más duro y enorme al que uno se puede enfrentar. Pero todo se puede poner más cuesta arriba cuando uno se da cuenta de que en realidad su sueño es una idea impuesta, una inspiración arficial, un espejismo reflejado por aquellos a los que no les importa la gente, sólo sus intereses. Así se nos presenta el personaje de Paul Newman, a medio camino de su quimérico sueño, con una larga lista de decepciones tras de sí.


     El chantaje sufrido por el protagonista a costa del malévolo padre de su amada constituye el desencadenante de este drama. Las diferencias entre Chans y la familia de su novia son solo el punto de partida para una feroz crítica contra la política de la sociedad americana y la hipocresía del mundo de Hollywood. El abominable cabeza de familia no hace más que montar un imperio de poder durante su vida a costa de política barata, haciendose con el control de todo aquello que le rodea, manipulando a cada ser humano que le sale al paso. Todos son sus lacayos, todos tienen utilidad, hasta que se interponen en su camino. Por otra parte, Alexandra del Lago, o "la princesa cosmópulos" (como también la llaman en la película), representa el esperpento que puede llegar a provocar la fama, las consecuencias de no saber envejecer correctamente ni de asumir su papel en la vida a media que el tiempo nos consume a todos. La subida y caída de una estrella son descritos de forma similar, pero más breve, a como lo llegó ha plasmar magistralmente el maestro Billy Wilder en "El crepúsculo de los dioses".

      La belleza tiene una influencia escondida pero muy importante en el planteamiento de los personajes. Mientras la veterana actriz se jacta de no tener el rostro de hace años, atormentándose en charcos de Vodka, el protagonista se va dando cuenta de que su plenitud física de poco le ha servido hasta ahora salvo para optener falsas promesas de personalidades más influyentes, seducidas momentáneamente por un atractivo socorrista de sueños adolescentes. Pero hay todavía una tercera presencia de esta efímera, malentendida, confundida y mal repartida virtud; la chica, ese elemento imprescindible de todas las películas, se presenta bañada por angelicales y virginales rasgos, ante los que ella muestra total indiferencia, pero los cuales son usados por su padre para hacerse propaganda.

      Narrada con la misma habilidad con que en su día Richard Brooks ya nos deleito en "La gata sobre el tejado de cinc", la película avanza impasible entre largos pero frescos diálogos en complejos y abatidos personajes que luchan por encontrarse a sí mismos entre un mar agitado. Al final a cada uno le toca el momento de enfrentarse consigo mismo, afrontar la realidad y "volver cada uno a su propio infierno".

2 comentarios:

  1. Muy buena crítica, bien definida la película, y la belleza como punto culmen de la misma. Buena comparación con el papel de la vida como en "El crepúsculo de los dioses"
    Un abrazo

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