jueves, 10 de marzo de 2011

EL HOMBRE CON RAYOS X EN LOS OJOS (The man with X-ray eyes)



Director: Roger Corman

Reparto: Ray Milland, Diana Dervlis, Harold J. Stone, John Hoyt, Don Rickles

 Año: 1963


Puntuación: 6,5/10




       El reputado científico James Xabier sigue una ambiciosa investigación para ampliar los horizontes de la visión humana. Presionado por la fundación que financia sus experimentos, se ve obligado a experimentar sobre si mismo los efectos del colirio que ha creado. Al instante de la prueba James es capaz de ver a través de la ropa, diagnosticar a pacientes sin necesidad de radiografías o disfrutar de la desnudez femenina sin ningún tipo de cortejos. Pero pronto verá que el abuso de la droga conlleva unos poderes sobrenaturales pero también desventajosos.

        Títulos tan rocambolescos como el de esta película ya no surgen hoy en día. La ciencia ficción de ahora, dotada con medios tecnológicos infinitamente mejores, necesita sin embargo acudir a nombres menos espectaculares y de mayor gancho social para evitar la estampida huidiza frente a nombres tan esperpénticos como "el hombre con rayos X en los ojos". Esto es síntoma inequívoco de la falta de riqueza y originalidad del género hoy en día. Donde en nuestros tiempos una película de semejante título daría nacimiento a una comedia de terror, o a un film de terror barato solo estrenado en dvd para ser visionado por adolescente en una noche de juerga sin nada que hacer. No obstante, en los años 60, este filme es igual a suspense, solidez y absorbente emoción por ver un final a todas luces imposible de predecir.

      Sí, es serie B. Pero cine, a fin de cuentas. Esa letra solo se nota en el poco dinero que se gastaron en los efectos especiales. No les hacía falta mucho para darle más sentido a esta película en comparación con las estúpidas cifras gastadas hoy en día para hacer engendros como "2012", "Armaggedon", etc. Porque antes este género era tomado en serio, una llave para plantear retos futuros, debates filosóficos y resaltar problemas morales y sociales camuflados en forma de alienígenas, monstruos, o extraños experimentos.

     Centrémonos primero en su guión. No es una obra maestra de la lírica, cierto. Pero es más que suficiente para mantenerte en el sillón con ganas de saber qué va a pasar, de percibir lo que puede llegar a hacer un hombre capaz de atravesar muros con la mirada. Ciertos giros de guión son quizá exagerados, y exaltan demasiado una narración que no necesita excesos, ya que la dinámica es rítmica y excitante desde su inicio. También es verdad que los diálogos y acciones son a veces demasiado directas y sin dudas (el protagonista ni titubea al decidir aplicarse el colirio después de ver morir a su mono de pruebas).

      Una vez desmenuzado esto y vistos las partes buenas y malas de esta historia, tengo que decir que una de las cosas que más me ha gustado de la película es la incertidumbre de saber hasta donde podría llegar a ver nuestro personaje. La muerte del mono al inicio de la película plantea esta esencial pregunta y es lo que desencadena la mejor de todas las escenas, el final. El simio, sin haber sufrido ningún problema físico, la visión de algo que no comprende le provoca un shock que lo lleva a la muerte. Esta profundidad de visión es lo que lleva casi a la locura al protagonista, delirando en una improvisada capilla (¿Qué está viendo?, ¿el universo?, ¿a Dios?). Así, el director llega a mezclar religión y ciencia en un film de serie B de la forma más intrigante posible.

      En definitiva, un clásico de la ciencia ficción. Una de esas visiones de culto que junto a "la invasión de los ladrones de cuerpos" o "el increíble hombre menguante" constituyen ese grupo de películas que hacían grande a un género ahora desmejorado. 

      PD: Suena un futuro remake por la red. Miedo me da.
      
   

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