jueves, 3 de marzo de 2011

FURIA (Fury)




Director: Fritz Lang

Reparto: Spencer Tracy, Sylvia Sidney, Walter Abel, Bruce Cabot, Edwar Ellis, Walter Brennan

Año: 1936


Puntuación: 8/10


     Durante el largo recorrido en coche que tiene que recorrer para reencontrarse con su prometida, Joe es detenido acusado de secuestro, presentando como única coincidencia el hecho de que adora los cacahuetes. Pero el pueblo, no satisfecho con la detención, decide tomar la ley de su mano.

      La masa, esa efímera y volátil bestia compuesta de múltiples individuos a modo de células, constituye el símil más próximo a lo que podría ser un tsunami social. La furia, el enfado, el descontento y la frustración son razones que suelen blandir muchas veces esta poderosa espada; sin embargo, también la estupidez, la manipulación, la falta de sentido común y el ansia de sangre  pueden provocar este fenómeno. Y seguramente, aunque se recuerden con mayor facilidad la épica y la valiente lucha de la masa en ciertas ocasiones, en muchas otras, menos sonadas, no somos conscientes de la brutalidad y falta de cordura de sus acciones.

     Lang, en este clásico osado, atrevido e impactante, ataca directamente a la sociedad y al sistema judicial, así como hace un pequeño tratado de como la venganza puede llegar a corromper hasta el corazón más noble. Bajo unos intensos y aterradores primeros planos asistimos al linchamiento público bajo las llamas del pobre Joe y su perro. La locura asimilada en las mentes de los ciudadanos les hace olvidar cualquier tipo de razón o motivación por el supuesto delito cometido, poco importa si es un secuestro, un asesinato, un robo, o simple calumnia. "Vamos a divertirnos" grita un enardecido ciudadano al inicio de la avalancha de destrucción. 

    Tras los hechos, como si el fuego quemara su bondad, la venganza se apodera de Joe, encarnado por un emblemático Spencer Tracy, sólo domado por la hermosa Sylvia Sidney, su prometida en la película. Así, Fritz Lang mueve una historia de odio y venganza, en donde la ley es vapuleada al inicio y al final, y la tragedia solo es evitada pro la providencia y el amor. Recordando otras obras esenciales como la magnífica "La jauría humana" (del recientemente fallecido Arthur Penn), el director alemán reflexiona acerca del peligro de caer en la estupidez y de dejarse llevar por el caos provocado por no pensar las cosas por uno mismo.

     Es ésta una de las más destacadas obras del director, uno de los grandes maestros, que junto con otras películas como "Solo se vive una vez" o "M" muestra su crítica personal hacia la sociedad y su esperanza sobre ella.
    
    

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