jueves, 12 de mayo de 2011

BOLA DE FUEGO (Ball of fire)



Director: Howard Hawks

Reparto: Gary Cooper, Barbara Stanwyck, Oskar Homolka, Henry Travers, Tully Marshall, Richard Haydn, S.Z. Sakall, Audrey Mather, Dana Andrews, Dan Duryea, Ralph Peters, kathleen Howard, Mary Field, Charles Lane

Año: 1941

Puntuación: 7/10


       Encerrados durante casi todo el día en su biblioteca, un grupo de intelectuales trabaja sin descanso en la confección de una enciclopedia. Su experto en lenguaje se acaba percatando de que no maneja el vocabulario de la calle, con el que se maneja la gran mayoría de la gente, percatándose además de que tanto él como sus colegas llevan demasiado tiempo alejados de la sociedad. Al salir a investigar como se desenvuelve el idioma coloquial choca con una bailarina de cabaret, un huracán de mujer relacionada con el jefe de una banda de gangters.


     Mañana, día 13 Mayo, se cumplen 50 años de la muerte de Gary Cooper. El hombre serio, el intachable, el hombre recto por excelencia, la honestidad delante de la cámara. Pocos actores absorbían la pantalla con tan poco. Un único gesto, mantener la mirada, meterse a sí mismo en la situación del personaje, acciones simples pero de exigente factura, solo posibles de llevar a cabo por gente de innatas condiciones. Robert Mitchum lo conseguía inmejorablemente. John Wayne fue otro de esos grandes superdotados para la cámara. Cooper, con su 1,91 metros de altura, un atractivo inusual y su sombrío semblante hipnotizaba al espectador como solo los grandes saben hacer. Siempre será el hombre solo ante el peligro.

     En "Bola de fuego" Hawks nos presenta una comedia convencional, de las de antes, género que ya no se cultiva, disparatadas situaciones nacidas desde una historia atípica. Siguiendo un poco la línea de "la fiera de mi niña" o "Luna nueva", la historia se centra en su pareja protagonista, de fuerte poder visual, que atrapan al resto de personajes y llevan la historia a su merced hasta el desenlace final. En este caso concreto, dos mundo completamente distintos colisionan de repente, dejando tras su paso una lista extensa de disparates inverosímiles que arrancan la sonrisa sin ninguna pereza al espectador.

     La película hace gala, como es común en el buen cine clásico, de diálogos sofisticados e ingeniosos. No obstante, a veces ocurre que los años no pasan en balde. Incluso siendo una gran película, una de las obras más famosas de Hawks, me ha dado la impresión de haberse quedado anticuada, de haber envejecido demasiado. Quizá sea por culpa de la explotación del género, donde su argumento a sido mil y una veces copiado y reinventado, volviendo convencional y previsible el desarrollo de la historia. Sin embargo, a pesar de ello la película conserva todo su poderío, todo ese glamour que tienen esos inolvidables grandes clásicos, inmejorables por muy viejos que sean.

    A veces uno cae en discusiones avivadas sobre el cine actual, tratando de convencer al espectador experto de que aunque el publico esporádico, la gran masa, se decante en su mayoría por el film fácil, sencillo y mediocre que compone la mayoría de la cartelera, existen aún así grandes directores, buenas películas, enorme actores. Tratas de defender lo presente frente a lo clásico, a veces demasiado glorificado por el mito, tratar de hacerles ver que la mediocridad se debe solo a que el océano es más grande, que el buen cine sigue existiendo en su inmensidad, eterno. Pero reconozco que es difícil ponerse a buscar tan buenas comedias como "Bola de fuego", sabiendo que en su época era además una entre muchas. Pero donde uno encuentra el mayor de los obstáculos es al intentar buscar un símil tan brillante y maravilloso como fue Gary Cooper.

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