miércoles, 18 de mayo de 2011

PAPRIKA, DETECTIVE DE LOS SUEÑOS



Director: Satoshi Kon

Reparto: Animación

Año: 2006



Puntuación: 7/10



      Los científicos de un laboratorio han ideado una máquina experimental para introducirse en los sueños de la gente y poder así tratar graves enfermedades mentales. Paprika es una detective que utiliza clandestinamente estas máquinas para resolver crímenes. Un día alguien roba los prototipos y comienza a introducirse en los sueños de sus creadores para destruir sus mentes.


     Cuando Christopher Nolan llenó los cines el verano pasado con su particular visión de los sueños en "Origen" nadie se paró a pensar en cómo afloraron esas ideas en su mente para recrear semejante entramado onírico. Todos dimos por original y revolucionario el planteamiento de Nolan, dejándonos sorprender por su narración y poder visual, a pesar de pasarse toda la película intentando explicar el funcionamiento de su mundo de los sueños. Sin embargo, lo que ocurre es que Nolan, antes de dar a luz a su creación, vio Paprika.

     El abordaje que se hace del mundo del subconsciente en esta película deja con la boca abierta desde los primeros minutos. Del circo salta a un hotel, del ritmo normal se pasa a la cámara lenta, de la estabilidad del suelo se pasa a pisar un agujero negro. No existe la estabilidad de los sueños de "Origen", aquí la libertad creativa es total, puedes ser pequeño o un gigante, volar sobre una nube o participar en un desfile con ranas tocando el tambor, frigoríficos cantarines y horribles muñecos parlantes. Es decir, los sueños son sueños, todo es posible, no hay reglas y participar en el sueño de otra persona implica estar a merced de lo que la mente del sujeto sea capaz de inventar.

     Al contrario de lo que ocurre en la película protagonizada por DiCaprio, la narración es alocada, desordenada y a veces confusa. Los acontecimientos presentan a veces una justificación difícil y su razón de ser pasa a un segundo plano dejando paso a una libre comprensión que nos va llevando a los puntos clave de la historia, que son los que nos permiten hilar de alguna forma el argumento sin volvernos locos. Algo parecido ocurría en esa extravagante obra de Terry Gilliam llamada "El imaginario del doctor Parnassus", en la que era mejor no intentar explicarse lo que se le pasaba por la cabeza al director al rodar algunas escenas.
    
    Satoshi Kon nos muestra todo esto a través de maravillosas imágenes, una animación impecable llena de creatividad y color, detallada de forma concisa. El creador de "Tokio Godfathers" o "Perfect Blue" (de las cuales hace propaganda en la película) presenta sin ningún tipo de escrúpulos una visión osada y valiente de la mente humana, una recomendable película para los amantes de la animación seria, un buen ejemplo de que a veces las buenas ideas vienen antes de otras buenas ideas.

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