viernes, 4 de mayo de 2012

TAKE SHELTER


Director: Jeff Nichols

Reparto: Michael Shannon, Jessica Chastain, Shea Whigham, Katy Mixon, Kathy Baker, Lisa Gay Hamilton


Año: 2011

Puntuación: 7/10



        Curtis es un hombre de familia usual, tranquilo, callado y cariñoso. Junto a su mujer, cuidan de su hija sorda, a la que pueden atender por la cómodo situación en la viven. Sin embargo, el sueño de Curtis empieza a verse alterado por impactantes sueños que van más allá del subconsciente y que le vaticinan que algo terrible se acerca.



        Una vez más, el cine independiente nos trae una bocanada de aire fresco al cine. En el último lustro, y especialmente la ciencia ficción, las películas procedentes del sector de presupuesto más humilde no sólo están revitalizando la industria, aportando nuevas ideas y conceptos a los ya repetitivos cánones, sino que dan rienda suelta al talento de directores noveles que parece que tienen mucho que decir al respecto. Muchas han sido las muestras en los últimos años como para no destacar las muchas alegrías que nos proporcionan las producciones menores.

        Sólo en este año, películas como "Drive" o "Another Earth" han sido de lo mejor que se ha visto en la temporada, a la que podemos sumar esta "Take shelter", un drama psicológico, con tintes de  terror, que pone sangre nueva a las ya desgastadas y poco creíbles catástrofes masivas que nos invaden sin parar cada vez que hay una nueva premonición sobre el fin del mundo. En ella, nuestro pacífico personaje experimenta de forma gradual y creciente una solitaria agonía al ser invadido por sueños cada vez más reales y repetitivos. Ante el posible acecho de la esquizofrenia, su obsesión se vuelve cada vez mayor y la falta de acierto de los especialistas para darle una explicación lógica lo desconciertan cada vez más. 

     Lo más impactante que trasmite esta película es la desesperante falta de explicaciones que tiene el protagonista. Curtis (Michael Shannon, el serio y devoto policía de "Boardwalk empire") cambia, volviéndose obsesivo, paranoico y enfermo. Vivimos el terror no a través de las imágenes, sino a través de sus sensaciones, los fotogramas no asustan al espectador sino que el espectador se estremece al meterse en el personaje y sentir el miedo y la desesperación del personaje.

     No necesita más que unos pocos fotogramas de extrañas tormentas y efectos de bandadas de pájaros para dejarnos claro el director que algo va a pasar, que no nos acojona por nada,  que todo tiene un propósito, pero prefiere utilizar a Curtis para crear incertidumbre, locura y agobio, firmando un excelente drama psicológico que mantiene en vilo hasta su momento final, a las 2 horas de metraje, y a pesar de su lento desarrollo.

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