viernes, 7 de septiembre de 2012

Let's get lost



Director: Bruce Webber

Reparto: Documental (Chet Baker)

Año: 1988



Puntuación: 8/10



      Documental sobre la vida del músico de Jazz Chet Baker, realizado por el fotógrafo Bruce Webber, en donde se profundiza en los inicios, desarrollo y ocaso de unos de los trompetistas y cantantes de Jazz más talentosos e influyentes de todos los tiempos.




     El Jazz, desde sus comienzos hasta nuestros días, pero sobre todo en esa gran época de apogeo del "Bebop", ha sido una disciplina dominada en su gran mayoría por músicos de raza negra. Grandes maestros como Miles Davis, Charles Mingus, Charlie Parker o John Coltraine despuntaron a mediados del siglo pasado, contribuyendo al desarrollo del Jazz moderno. De entre ellos, surgió de Oklahoma un trompetista único, en múltiples sentidos, de raza blanca, que acabaría por hacer de su trompeta un sonido único y personal que, junto a su voz, pasaría a formar parte de la lista esencial de genios del Jazz.

      Webber acompañó a Baker, uno de sus ídolos, con la intención según parece de realizar una serie de fotos sobre el músico, aunque finalmente, de la buena relación surgida entre ellos acabó grabando esta fascinante película durante los últimos años de vida del talentoso trompetista. El documental se asienta en sus  momentos más próximos, con un Chet Baker deteriorado por los excesos, barbudo y facciones marcadas, guardando parte del atractivo que le agraciaba en sus inicios pero dejando entrever un ajetreado paso de los años. A través de entrevistas a sus músicos, novias, esposas, a sus hijos y demás familia, vamos conociendo al enigmático y carismático personaje que forma su personalidad. El documental nos presenta a un Baker melancólico, romántico, herido por la vida y bendecido por la providencia, que mira hacia atrás en las mejores imágenes de su vida, disfrutando de nuevo cada uno de esos momentos, plasmando con sus palabras la felicidad disfrutada en el pasado.

    Mientras nos acompaña durante todo el metraje su exquisita, dulce y asombrosa música, el músico habla de sus mejores tiempos, de como conoció a sus diferentes amantes y se dejó llevar por el confuso camino de las drogas, de su afición a los coches y de todas las maravillosas escenas por las que ha pasado en su vida. Descubrimos el ascenso y el ocaso de un genio, desde como un joven talento blanco admirador de Dizzy Gillespie irrumpió en la escena más laureada y gloriosa del jazz, sobrecargada ya de grandes nombres, para hacerle un sitio a su característica y sútil forma de tocar la trompeta en la historia de la música; hasta el momento del descenso al infierno, marcado en gran parte por una agresión física que casi lo liquida de la estela musical.

    Durante una de sus giras, Baker sufrió una dura agresión a la salida de su hotel, que terminó con la ruptura de su dentadura. Este altercado casi provoca el fin de la carrera del trompetista, que no era capaz ni de dar un soplido. Él mismo nos cuenta como sufrió durante varios años para poder volver a tocar, en los cuales hizo todo tipo de trabajos, como el de dependiente de gasolinera. El músico nos cuenta, 20 años después del suceso, con total nitidez la escena, describiendo como consiguió volver a manejar la trompeta y meterse de nuevo en el circuito del jazz. Seguramente, la etapa más dura de su carrera.

  Por la cámara pasan sus diferentes esposas e hijos, así como su madre. Los hijos, de un gran parecido físico con su padre, muestran una visión difuminada de Baker, recordándolo como un tipo que llegaba después de sus giras con coches deportivos. Sin embargo, es inevitable observar que toda la personalidad y poder personal del músico fue heredado por sus vástagos. En su conjunto, el documental acaba siendo una conjunción de hermosas imágenes en blanco y negro que nos presentan las virtudes y también los demonios de uno de los más carismáticos y talentosos músicos del siglo pasado. Utilizando algunas imágenes de archivo, vemos el contraste del joven y vivaz Chet Baker con sus últimas imágenes grabados por el fotógrafo, permitiéndonos apreciar el notable cambio físico que ha sufrido a lo largo de los años.

    Let's get lost es una película bellamente fabricada, que nos permite profundizar en detalle acerca de la personalidad y la música de uno de los artistas de jazz más importantes del siglo pasado. Un año después de su grabación, Baker cayó de la ventana de su hotel y murio. La policía dijo que se había suicidado, encontraron un cadáver agarrado a una trompeta de un hombre de unos 30 años, según el acta. Murió a las 58 años.




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