domingo, 7 de octubre de 2012

Plan diabólico (Seconds)



Director: John Frankenheimer

Reparto: Rock Hudson, Salome Jens, Will Geer, Jeff Corey

Año: 1966


Puntuación: 7/10


       Hamilton, un maduro y consagrado banquero, vive una vida sin sentido ni ambiciones al lado de su mujer, a la que lleva años sin tocar, viviendo en una especie de tregua de supervivencia. De repente, recibe una llamada de un amigo al que creía muerto y se le presenta la oportunidad de volver a vivir una vida completamente nueva.


         Llegar a la madurez, a veces una operación más complicada que el mero hecho de dejarse llevar por el tiempo, puede determinar el resultado del juicio que uno mismo puede llegar a tener de su propia vida. Planteándonos la impostura social, para poder llegar a cierta edad habiendo vivido y poder disfrutar del paso del resto de nuestra vida habremos de cumplir con ciertas referencias típicas, como casarnos, tener hijos, viajar, etc. Demos por hecho que en mayor o menor medida hemos saciado todo aquello que creíamos conveniente para ser felices y que nos hemos ganado de sobra honra y estima suficientes como para poder ser envidiados por todos aquellos que siempre estén dispuestos a hacerlo. Pero algo no va bien. La vida de éxito se ha convertido a la larga en rutinaria, el trabajo en vez de un medio es una escapatoria, nuestra vida conyugal es sólo un acuerdo no escrito de convivencia, y de nuestros hijos ya sólo quedan las fotos de tiempos mejores, cuando cada día era una aventura y sus inocentes sonrisas nos levantaban el ánimo. Nos damos cuenta de que nuestra existencia está vacía, no contamos para nada ni nadie, nos hemos vuelto viejos y la rutina agota poco a poco nuestras ganas de seguir levantándonos por la mañana para cambiarlas por toneladas de aburrimiento.

         Es entonces cuando nos llega la hora y tras pasar en la misma penosa situación durante 10 o 20 años, nuestro cuerpo decide que la tortura es suficiente y que nos concede un último acontecimiento emocionante para nuestro deleite, la muerte. Nada podemos hacer contra los años pasados, las personas bajo esa extraña situación de penuria se van consumiendo por el tiempo, atrapadas por la nada, hasta que llega la hora de su último adiós. Pero, ¿Y si no fuera así? ¿Y si pudiéramos empezar de nuevo? Otra vida, otro nombre, otra cara, otra familia (o sin ella). Este es el planteamiento inicial de  "Seconds", que en nuestro país decidieron titular "Plan diabólico" debido a algún retorcido tipo de humor del responsable de semejante traducción. Empezar de nuevo, reiniciar nuestra vida desde cero, viviendo otras experiencias, conociendo otra gente, evitando todo tipo de acontecimientos que no nos llevaron por un camino en línea recta hasta una felicidad absoluta. El protagonista de nuestra película, un reservado banquero, entrado en años, recibe una inesperada llamada un día, acabando con él en la sede de una enigmática, secreta y diabólica compañía, la cual le ofrece, por el mísero valor de treinta mil dólares (años 60), una vida completamente nueva.

         El proceso es sencillo. Se simula una muerte. Algo convincente, con cadáver y todo. El cliente es sometido a todas las operaciones de cirugía necesarias para una reconstrucción de cuerpo completa, con huellas dactilares nuevas, una cara diferente, una altura diferente, una voz diferente. Es en este momento cuando aparece Rock Hudson en escena, un enorme macho, alto, fuerte y de cara curtida, como lo eran Gary Cooper o Gregory Peck, encarnando la versión mejorada y más joven del señor Hamilton, ahora renombrado a señor Wilson. Al cliente se le otorga una nueva residencia, cómoda y confortable, acorde al desembolso realizado, y se le proporciona un mayordomo para preparar su adaptación a su nueva realidad. Su nueva persona tiene habilidades nuevas y una profesión a la que dedicarse, en la que ya está desde un inicio consagrado o casi, simplemente debe dejarse llevar por los acontecimientos para ganar dinero y disfrutar de la vida.

       Todo parece maravilloso. Una nueva experiencia invade su vida y la adrenalina de disfrutar todo lo nuevo lo llena de lujuria y felicidad. Sin embargo, no se puede cambiar el pasado, aunque ni siquiera tengas la misma cara, por lo que todos los acontecimientos anteriores siguen en tus recuerdos, en tu mente, sin desvanecerse, actúan como lo han hecho siempre, recordándote tristezas cuando estás triste y alegría cuando estás contento, y por supuesto, todo ello sale a relucir con un poco de alcohol, el suero de la verdad del hombre de a pié. Así, el personaje de nuestra historia acaba dándose cuenta que toda su nueva vida es una farsa, un montaje, y no se siente satisfecho. Sin embargo, todos las ventajas que la compañía le proporcionaban desaparecen al solicitar una segunda oportunidad. Entonces, todo se vuelve maquiavélico, mezquino y horrendo. Nadie da tanto por tan poco.

       La realidad de la película reside en esa oscura y complicada compañía que ofrece esos extraordinarios servicios. La similitud entre esa entidad y el limbo es mucho más estrecha de lo que parece. Un misterioso y cándido viejo, que ejerce de jefe, nos aconseja acerca de aceptar los servicios, haciéndonos reflexionar sobre el vacío de nuestra existencia, aceptando resignados el contrato ofrecido. No obstante, todo tiene dos caras, y la compañía por supuesto tiene también dos habitaciones. A la primera, entramos y todo es felicidad y buenos propósitos, mientras que en la segunda un montón de raros personajes esperan durante un largo trecho que les llamen, nadie sabe para qué. Mientras unos esperan su penitencia, los recién llegados proceden a disfrutar de su nuevo paraíso. Pero nadie dice que nos tenga que gustar el paraíso.

      No se quién fue el que dijo que hay que tener cuidado con lo que se desea, ya que puede hacerse realidad. En este caso, la sentencia va como anillo al dedo para describir la trama de este extraño, psicodélico y entretenido thriller, con momentos que pudieron haber sido diseñados por el mismísimo Buñuel o Dalí, nadando todo el rato entre el drama de ciencia ficción y el drama psicológico. El resultado es una impactante película, de final atronador, que hará las delicias de todos aquellos que busquen algo diferente en ese género tan generalizado.




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