jueves, 4 de julio de 2013

STAR TREK (Star trek XI)



Título original: Star Trek (Star Trek XI)
Duración: 126 min.
Nacionalidad: EE.UU.
Año: 2009

Director: J.J. Abrams
Guión: Alex Kurtzman, Roberto Orci (Personajes: Gene Roddenberry)
Música: Michael Giacchino
Fotografía: Daniel Mindel
Productora: Paramount Pictures


       Décimo primera película basada en la mítica serie de televisión acerca de las aventuras vividas a bordo de la nave espacial U.S.S. Enterprice, cuya tripulación tiene la misión de explorar el espacio en busca de nuevos mundos y civilizaciones. En esta nueva adaptación se regresa a los orígenes de la saga, tomando como punto de partida el momento en el que se conocen los dos protagonistas principales, el oficial Spock y el capitán Kirk, que deberán hacer frente a una nueva amenaza, encabezada por un misterioso Nero, que movido por la venganza pretende liquidar el planeta Vulcano y dirigirse a la Tierra.




      Desde los años 60, antes incluso que otras sagas galácticas, la serie Star Trek supuso una arriesgada y exitosa apuesta, una revolución en la ciencia ficción, y por supuesto y foco eterno de culto, llena de inolvidables personajes y marcas que son fruto del mercado de todo tipo de accesorios y símbolos. Tras la serie inicial, muchas han sido las adaptaciones a la gran pantalla, incluyendo además una renovación de la serie a finales de los ochenta, con trama cien años después de la primera serie, con personajes y actores renovados. La primera de las adaptaciones cinematográficas, digira por Robert Wise ("Marcado por el odio", la original de "Ultimatun la Tierra", "West Side Story") fue estrenada en 1979 con los actores originales, y supuso una entretenida y espectacular adaptación. Sin embargo, la siguientes adaptaciones, si bien unas mejores que otras, fueron poco a poco desgastando la serie, con regulares críticas en algunas de ellas.

     Para darle un renovado aire a la saga, nada mejor que contratar al director de moda en cuestiones de ciencia ficción, el señor Abrams, cuya estela desde "Perdidos" sigue dándole mucho trabajo, desde interesantes productos como "Super 8" o la serie "Fringe". Tanto es así, que será el encargado de revitalizar la otra saga galáctica por excelencia dirigiendo la séptima película de "Star Wars". Abrams es colega de Don Dinero. Las productoras saben esto, y pronto lo han convertido en una máquina infalible de hacer efectivo. El director cuenta con la aprobación del público, al cual satisfacen sus guiones y la comercial forma de exprimir el suspense y la acción en un mismo vaso. Sus habilidades recuerdan directamente al más mimado de la factoría americana, Spielberg, el cual ha sido siempre también zona de caída de billetes. Sin embargo, es innegable la calidad de los trabajos de éste, ya no sólo a nivel de taquilla, sino que artísticamente se le debe mucho, sabiendo llegar como ninguno al corazón de su público. Lo mismo le ocurre a J.J. Abrams, quién supo saber aprovechar la era de las series de T.V. para despuntar y llegar al público, como demuestran las dos series de las que es creador.

       Con la segunda parte ya en las taquillas, con una recaudación ya cuantiosa, es un buen momento de revisar la primera de sus entregas, datada hace 4 años. De la misma forma que se hizo con la franquicia de "X-men", en donde su última entrega apostaba por contar los orígenes de sus protagonistas, revitalizando el elenco de actores con mucha gente joven, el punto de partida para "Star Trek" es el mismo. Por lo tanto, tenemos un previsible punto inicial, donde, después de una espectacular presentación de la nave, vemos como un joven rebelde de repente se ve enrolado en la "marina" galáctica, descubriendo que tiene las mismas ambiciones que su padre, a la par que debe competir con un superinteligente oficial superior híbrido humano-vulcaniano. Nada nuevo bajo el Sol en el argumento, donde todo ocurre a velocidad de vértigo para dar paso a una frenética acción sin descanso. El planteamiento es simple, olvidándose de enrevesados guiones que por otra parte le podían haber hecho mejor homenaje a la antigua serie de culto.

      Sin embargo, el culo no se despega de la silla. Existe una inexplicable atracción entre nalgas y cojín que provoca el efecto secundario de seguir con la película. Esto ocurre porque, al contrario del cine basura de explosiones típico, la simplificación del argumento presenta una razón de ser, provocada por el propio director para que la adrenalínica receta funcione. Y lo consigue, en cierto modo. No hay extensas explicaciones, ni reflexiones filosóficas acerca del destino del universo, sino una misión concreta, que resulta rodada con acierto, espectacularidad y precisión, con la minuciosidad de quién le gusta hacer las cosas bien, a pesar de simples; una apuesta pulcra, con ganas de dejar un entretenimiento duradero que la gente recuerde con interés, tanto los más exigentes como aquellos que sólo van por las palomitas.

     La habilidad de Abrams para encajar las piezas es asombrosa. Utilizando una trama en la que se mezclan naves espaciales, planetas, razas, viajes en el tiempo, agujeros negros y demás parafernalia de ficción, parece ridículo que toda la película no esté llena de un enorme abanico de momentos de explicaciones físico-cuánticas, que den sentido literario a lo que ocurre, como en el caso por ejemplo de la, por momentos cansina, "Origen". Sus dos horas se pasan rápidamente, y aunque habrá detractores de esta adaptación, fans de toda la vida que piden tramas más esmeradas, nadie podrá decirle a Abrams que no ha hecho su trabajo. El producto es predecible, simple y comercial, pero también es a la par sólido y entretenido, que provocará avalanchas a diferentes escalas para ver su secuela, "Into the Darkness".





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