lunes, 3 de enero de 2011

EL DISCRETO ENCANTO DE LA BURGUESÍA



Director: Luis Buñuel


Reparto: Fernando Rey, Paul Frankeur, Delphine Seyriq, Jean-Pierre Cassel, Stéphane Audran, Michel Piccoli, Bulle Oqier, Julien Bertheau, Milena Vukotic


Año: 1972






Puntuación: 7/10




     Un grupo de amigos formado por el matrimonio Thevenot y el embajador del país de Miranda se dirigen a cenar a la hermosa mansión de los Sénechal. Al llegar a la casa del segundo matrimonio se dan cuenta de que son víctimas de un error, ya que han confundido el día acordado para cenar. El grupo de burgueses se verá inmerso en un sin fin de esperpénticas  anécdotas cada vez que intenten reunirse, ya sean reales o producto de su imaginación.

     La Burguesía, formada por esa gente adinerada acostumbrada a la finura, el lujo y los manjares de difícil alcance, ha sido escogida en el cine en abundantes ocasiones para describir fielmente por una parte las costumbres, dramas y ambiciones de esta clase social, como por otro lado para describir la estupidez, el exceso y la prepotencia que puede alcanzar la humanidad. Tampoco es la primera vez que Buñuel sitúa a personajes de esta condición en sus películas. Sin ir más lejos, en "el ángel exterminador" ya mostró como bajo ciertas circunstancias no existe condición social que valga a la hora de sobrevivir.

     En esta ocasión, el director español sitúa a los personajes en medio de su ambiente natural, y sin hacer uso de un hilo conductor que desarrolle una historia concreta, los somete a situaciones altamente inverosímiles para evaluarlos con una crítica mordaz y burlona, camuflada bajo el extraño manto surrealista que caracterizada su cine. Tanto es así que se vale tanto de situaciones reales un tanto inesperadas, como sueños de los propios personajes, como incluso sueños dentro de sueños que dejan a los de Christopher Nolan desnudos.

    Entre historia e historia, somos testigos de los propósitos más oscuros de los personajes, sus romances secretos, y sus constantes mentiras que hacen vislumbrar una realidad bastante hipócrita. El genial director, nos transporta por su mundo a su libre albedrío, nos muestra decorados lamentables solo dignos de los teatros más pobres, sangre de pintura roja y forzadas situaciones sin importarle lo más mínimo. La fuerza de la escena, el impacto visual, y lo extraordinario de cada una de las situaciones evaden del espectador todo tipo de falta de presupuesto. 

   Cuesta creer que al acabar esta película, dándose uno cuenta de que no le han narrado nada sino que ha sido espectador de un circo de historias de alto contenido surrealista, uno se sienta conforme y dispuesto con ella, gozoso al ver como este director bromea con unos personajes que por momentos no saben donde están.

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