viernes, 15 de marzo de 2013

SHOTGUN STORIES



Título original: Shotgun stories
Director: Jeff Nichols
Guión:  Jeff Nichols
Reparto: Michael Shannon,Douglas Ligon, Barlow Jacobs, Natalie Canerday, Glenda Pannell, Lynnsee Provence
Música: Lucero Pyramid
Producción: A Lucky Old Sun Production / Muskat Filmed Properties / Upload Films
Duración: 92 min.
Nacionalidad: EE.UU.


         Marcados por el abandono de su padre, los tres hermanos Hayes se criaron bajo la tutela de una madre de cuestionables dotes de crianza, creciendo con un enfrentamiento envenenado cada vez más por el tiempo hacia sus otros hermanos, hijos de su padre tras el abandono. Al morir el progenitor, el enfrentamiento entre las dos secciones de hermanos es inevitable.



     Detrás de las grandes producciones típicas de Hollywood, invasiones de superhéroes, mitología fantástica, adaptaciones 3D, repentinos éxitos europeos o las nuevas obras de directores ya consagrados, existe un cine, entre independiente y producción silenciosa, que se está haciendo un hueco poco a poco entre aquellos que buscan respirar celuloide de nuevo, lleno de sensaciones, ambiente, personajes y crudos dramas, que si bien tocan los géneros de siempre, da un nuevo toque, fresco, crudo y natural a la refritura actualmente existente.

   En el cine americano concretamente, nuevos directores surgen de entre el bosque, de relativa juventud (directores con pocas películas, menores de 30 años son un caso muy raro), abren nuevas vías de estilo, con oscuras propuestas y negros argumentos, que empiezan a dar forma a un nuevo cine que todavía está pasando algo desapercibido salvo comedidos éxitos de taquilla. Los nombres que podríamos destacar, pudiéndome dejar alguno que otro, serían por una parte James Gray (44 años), responsable de las excelentes "Two lovers" o "We own the night" en donde se introduce en las penumbras profundas de la esquizofrenia y las difíciles relaciones entre hermanos con caminos aparentemente diferentes, respectivamente. Otro nombre que empieza a coger solidez es el de Rian Johnson (39 años), quien consiguió dar una nueva vuelta de tuerca al cine negro en inquietante "Brick", y se atrevió a desafiar a la mítica "Blade runner" al llevar esta visión a la ciencia ficción en "Looper", dejando una de las mejores películas de este género del año pasado. También Nicholas Winding Refn (Dinamarca, 42 años), aunque no americano, está haciendo cosas muy interesantes. Pero el nombre a destacar en esta ocasión, y el más joven de todos, es el de Jeff Nichols (34 años).

    Nichols sorprendió el año pasado con un oscuro y psicológico drama de terror con el nombre de "Take shelter", donde Michael Shannon, su actor habitual encarnaba a un tímido campesino que empezaba a tener aterradores sueños apocalípticos en donde una tormenta amenazaba con arrasarlo todo. Su pausada pero tensa ambientación, la simpleza al relatar los acontecimientos y la utilización de la música únicamente en los momentos clave de la historia fueron aspectos que marcaron a esta película como una de las sorpresas de su año, y uno de los mejores thrillers de terror de los últimos años. Estos toques no salieron de la nada, sino que ya eran palpables en su ópera prima, a la cual me remito en esta crítica, después del buen sabor de boca dejado por su primer éxito con cierto eco en la crítica. 

    En "shotgun stories" presenciamos un encarnizado duelo a muerte entre dos bandos nacidos únicamente para matarse entre ellos. Este enfrentamiento, que podría haberse dado en el más lejano de los oestes o en la Verona más Shakespeariana, surge en un pueblo de alguna parte de los campos americanos, venido por las desgracias provocadas por un borracho maltratador que en vez de decidir enderezar los males provocados opta por meterlo todo debajo de la alfombra y comenzar de nuevo, aparentando formar un puritana familia de cultivadores adinerados. Pero el odio es el sentimiento más parecido que hay al amor, una sensación animal tan ancestral como el comer, visceral como la sangre y tan necesario como el dolor, y jamás se olvida, de la misma forma que no olvidamos nunca nuestro primer amor, el día que nuestro padre nos enseñó a andar en bicicleta o la primera vez que nuestra madre se puso a llorar de orgullo. Por ello, cuando el engendro progenitor muere, el ardor renace como una antigua úlcera, y sin árbitro de por medio las balas nunca son de fogueo. 

     No hay excesiva violencia, sólo hechos violentos. La intuición sirve la mayoría de las veces para entrever lo que ha pasado. Cuando uno tiene dudas el guión se encarga de destapar todas ellas inmediatamente. La seca narración de los acontecimientos no hace que deje de ser por ello brillante, canalizando la tormenta de escaramuzas de cada familia, para alcanzar un simple pero sereno desenlace, que se desencadena cuando a otros directores se les da por comenzar una cruzada a ninguna parte a través una historia interminable. Nichols ya prometía, y mucho, en su primera película. Eligió bien a su fetiche, un Shannon de cara férrea, ojos saltones y cuerpo de jugador europeo de baloncesto,  cuya sonrisa debe conocer poca gente y que sin embargo no le impide marcar sus actuaciones de cierta personalidad, lo que le ha valido una notable participación en "Boardwalk empire". 

    Nichols, junto con los ya mencionados, forma parte de un elenco de directores que espero que poco a poco pasen de la discreción a la zona ruidosa. Siempre y cuando siga ofreciendo cosas tan interesantes como sus dos primeras películas. La próxima, "Mud", en la cual McConaughey ha adelgazado un montón de su masa muscular para contentar a este joven director. Esperemos que la dieta mereciera la pena.




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