jueves, 21 de julio de 2016

Everybody wants some (Todos queremos algo)


Título original: Everybody Wants Some!!
Año: 2016
Duración: 116 min.

País: Estados Unidos
Director: Richard Linklater
Guión: Richard Linklater
Música: The Cars, Blondie, Dire Straits, Frak Zappa, Van Halen, Kool and the Gang, The Knack, Cheap Trick, Pat Benatar

Reparto: Ryan Guzman, Zoey Deutch, Tyler Hoechlin, Wyatt Russell, Adriene Mishler, Blake Jenner, Jonathan Breck, Jessi Mechler, Glen Powell, Will Brittain, Taylor Murphy, Lizzy Pop, Vanessa Amaya, Sophia Taylor Ali, Tory Taranova

Jake está a punto de iniciar su periodo universitario. Unos días antes de comenzar las clases se instala en su nueva casa y comienza a conocer a sus nuevos compañeros y amigos. Pronto se dará cuenta de que el mundo a su alrededor está cambiando, que se hacen mayores y las cosas no son del todo como se las habían contado. La vida universitaria traerá a Jake nuevas experiencias, amistades, fiestas y un mayor conocimiento de sí mismo.




Richard Linklater es un director obsesionado con el paso tiempo. Así lo demuestran muchas de sus obras más notables como "Boyhood", el grupo de películas "Antes/Después de Amanecer/Anochecer" o "Dazed and Confused". En todas ellas el director intenta plasmar en su historia la evolución de sus personajes haciéndolos pasar por situaciones cotidianas de especial importancia para la maduración, aprendizaje y supervivencia de las personas. Los protagonistas de sus películas carecen de perfección, son animales ciegos en medio de la carretera que buscan hacerse a sí mismos intentando, sin embargo, disfrutar el momento. La futilidad del tiempo y la continua sensación de inestabilidad inunda la atmósfera de sus películas.

En "Dazed and Confused" Linklater reflejó de forma extraordinaria el sutil y fugaz momento del útlimo día del curso del 76, para muchos indicativo del inicio de su etapa universitaria y para otros la marca de su entrada en el instituto. De la misma forma que hicieron Bogdanovich o George Lucas, en "La última película" y "American Graffiti" respectivamente, Linklater describe las inquietudes que invaden al amplio elenco de sus personajes valiéndose de humor y nostalgia, acompañandose de una excelente banda sonora, para completar una cinta única. "Everybody wants some" supone la secuela espiritual de aquella película de culto. Ahora el verano ha pasado y las clases del primer curso universitario están a punto de comenzar. En esta ocasión el director vuelve a reflejar un instante muy concreto en la vida de sus personajes, enfrentándose a la vida real fuera de sus casas, sin la adoración o el apoyo que recibían en el instituto o en sus hogares.

Durante los días previos al inicio de las clases los protagonistas se darán cuenta de que ya no son los mejores en sus modalidades, sino que tendrán que luchar por abrirse paso sin la ayuda de nadie. Todo se convierte en una competición y los personajes acaban siendo incapaces de entretenerse por el mero hecho de hacerlo, sin la disputa de por medio. El propio personaje de Jake lo intenta reflejar en varias ocasiones a sus nuevos amigos, todos ellos interpretados por actores desconocidos. Jake es consciente además de la apertura de mente que supone su nueva etapa. Mientras que en el instituto permanece una cierta actitud de censura y crítica a todo aquello que no es de nuestro agrado inicial, el protagonista hace notar una pequeña crisis existencial al cambiar de la música disco al punk o el country, sin importarle en exceso. "Everybody wants some" muestra, con ritmo frenético, la avalancha de nuevas experiencias que supone el hacerse adulto pero también el gran momento de feliz descontrol de salir de casa. Tanto es así que uno de los personajes manifiesta su incapacidad para superar esa época, buscando revivirla una y otra vez.

Sin embargo, al contrario que la película de 1993, esta continuación no es narrada a modo de historias cruzadas, centrándose únicamente en como Jake y los amigos que le rodean viven esos días. En ese aspecto la película pierde frescura en comparación con su antecesora. Al volcar la acción en un solo punto la historia pierde discurso, haciendo que éste se diluya entre todas las imágenes de fiestas y escenas de competitividad masculina que desvían la atención del diálogo. Además, se elimina la visión femenina de ese momento, cuya falta se nota entre tanta testosterona, y que ampliaba la visión en la anterior película. No obstante, "Everybody wants some" es una excelente diversión, reaviva la nostalgia de los tiempos pasados y hace pasar un rato agradable dentro de un género, la comedia universitaria, lleno de bodrios infames y sin ningún tipo de contenido. 

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