miércoles, 11 de noviembre de 2009

EL VERANO DE KIKUJIRO (Kikujiro no natsu)




Director: Takeshi Kitano


Año: 1998

Reparto: Beat Takeshi, Kotomi Kyono, Kayoko Kishimoto, Ren Ôsugi, Susumu Terajima, Tetsu Watanabe, Akihiro Miwa, Tadanobu Asano

Puntuación: 7,5/10


     Masao es un niño de 9 años que vive con su abuela. Al llegar el verano, todos sus amigos se van de vacaciones, sus clases terminan, y la temporada de futbol acabó. Marcado por el aburrimiento, decide ir a buscar a su madre, a la cual no conoce. Cargado simplemente con unas fotos y una dirección en una mochila, se decide salir, en plan condenado a venirse a bajo. Sin embargo, una amiga de su abuela le ayuda, y manda a su marido Kikujiro a acompañarle. El problema es que Kikujiro, ex yakuza, no parece muy dispuesto a ser una compañía muy instructiva para Masao.

    La mente del señor Kitano es una de las más curiosas, sin lugar a dudas, del cine moderno. Su adoración especial y particular por la violencia, entre vil y sanguinaria, e irónica y humorística a la vez; ha quedado patente en la mayoría de sus películas. Sin cortarse ni un pelo, deja fluir su imaginación, derramando por momentos chorros del mejor humor de corte japonés, con la violencia más visceral de Tarantino.

   En este caso, da la impresión de que la violencia está jubilada, dejando como rastro a un personaje altamente peculiar, marcado por su pasado mafioso, al que a su educación no le importan ni quién ni donde ni cuando. La cara dura con forma de empanada mofletuda que muestra el personaje de Kikujiro roza lo perverso, conviertiendolo en la cara opuesta perfecta del niño protagonista, típico joven despistado, gordito que no se entera de nada. Semejante pareja se ve inmersa en un variopinto viaje lleno de personajes extraños, que no pueden hacer otra cosa que dejarse llevar por la autoría de Kikujiro. Todo se convierte al final en una especie de "miedo y asco en la vegas" para estómagos menos psicodélicos, pasada por las manos del más típico humor japones, con disfraces incluidos.

   Solo uno tiene que ver la memorable escena de la piscina, o la acampada jugando al escondite inglés, para que la película cunda su tiempo. Una película entrañable, tan emotiva como divertiva.

No hay comentarios:

Publicar un comentario