miércoles, 16 de febrero de 2011

CISNE NEGRO (Black Swan)

  

Director: Darren Aronofsky


Reparto: Natalie Portman, Mila Kunis, Vincent Cassel, Winona Ryder, Barbara Hershey, Christopher Gartin, Sebastian Stan


Año: 2010


Puntuación: 8/10




     Nina es una bailarina de ballet con gran talento, que vive solo para el baile. A medida que se acerca el estreno del lago de los cisnes, la presión y la extenuante búsqueda de la perfección que le exige su director le empiezan a causar serios problemas para distinguir realidad de ficción, acentuado por la rivalidad con sus compañeras.

     La inquietante atmósfera que rodea a todo lo inmerso en la locura es una de las claves del cine de Aronofsky. Sus películas muestran, a grandes rasgos, la destrucción sistemática del ser humano a manos de la obsesión, la desesperación y la ansiedad. Partiendo desde una cierta estabilidad o satisfacción, a excepción de "El luchador" (donde el protagonista ya estaba en el infierno), sus personajes se envuelven en una espiral del caos que se cierra más y más a medida que avanzan sus historias ("Pi" o "Requiem por un sueño"). Sus primeras películas hacían alarde de claustrofóbicas escenas de agobiante atmósfera y música chirriante. 

    Sin embargo, su cine a ido mutando en sus últimas películas, matizando uno detalles, controlando otros, dramatizando más, desesperando menos. En "el cisne negro" asistimos al sacrificio por la perfección de una magistral bailarina, frágil, dulce y tímida, espléndidamente interpretada por Natalie Portman. Un viaje por medio del estrés hacia la destrucción personal a cambio de la excelencia profesional. La búsqueda de su lado oscuro para la interpretación de la otra parte de su personaje convierte la historia en un proceso de invasión mental por parte de todo aquello que nunca había sido, y que de algún modo tenía guardado en su profundo yo.
  
     La hermosa Mila Kunis interpreta al "álter ego" oscuro de la protagonista, completando junto a Portman el duelo de belleza entre la rectitud y la osadía, el deber y la liberación. No obstante, la obsesión lleva a la protagonista a fijar el mal en su compañera, distrayendo su atención del verdadero problema que la está comiendo por dentro. Aronofsky oscila entre la propia imaginación y la realidad, manteniendo un buen equilibrio durante casi toda la película, confundiendo al espectador, atrapándolo en su propia espiral. Quizá el pincel se le sale del margen hacia el final de la historia, donde la psicopatía es desatada por completo, y el director desata todo su poder visual sin control, y el equilibrio ya no tiene sentido para él. 

     El desenlace, al igual que en "Requiem por un sueño", navega en el Caos. Sin embargo, Aronofsky controla cierta harmonía esta vez, finalizando un drama psicológico espléndido, narrado con fuerza y virtuosismo de cámara, con gran manejo de los detalles y el sonido, y magníficamente interpretado. El director presenta su película, junto a "El luchador", más equilibrada y madura, formando un excelente drama sobre los límites de la mente humana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario