martes, 11 de febrero de 2014

¿QUÉ ESPERAMOS DE LOS OSCAR 2014?



        Como cada año, el mundo del cine se detiene en EE.UU. para homenajear las películas que según la academia son las mejores del año. Como cada año, la mayor parte de las películas nominadas salen en tropel los últimos meses antes de la ceremonia, y como cada año uno se tiene que volver loco para recopilarlas todas, verlas y manifestar su humilde opinión acerca de ellas antes de concederse los premios. Pues este año, a falta de alguna por visualizar, y a falta de tiempo para individualizar las críticas para cada una, haremos una síntesis de lo mejor, lo peor y lo que se han dejado en el tintero en esta edición de 2014.




        A veces me pregunto como serían los premios si se les cambiara la fecha. Es de excesivo descaro la planificación milimétrica que se hace del estreno de las películas para llegar a tiempo a la edición correspondiente de los premios. El chorreo final de películas es abrumador, olvidando muchas veces buenos títulos salidos en fechas tempranas del año. Por ello, empezaré mencionando precisamente lo que ha quedado cubierto por la avalancha final de cara a la ceremonia. Así, uno tiene que mirar hasta el festival de Cannes de este año para ver como grandes títulos como "La vida de Adele" o "Behind the Candelabra" se han quedado fuera de todo tipo de nominaciones. La última de ellas, estadounidense, podría estar perfectamente nominada a varias categorías.


Michael Douglas y Matt Damon en "Behin the Candelabra"

      También quedarán olvidadas por los premios otras películas de este año como fueron "Prisioners" de Denis Villenueve, uno de los mejores thrillers que he visto en los últimos años, o "La mejor oferta" de Tornatore, con un gran Geoffrey Rush. El relato de la rivalidad entre Nikki Lauda y James Hunt en "Rush", de Ron Howard, también merece destacarse entre lo mejor del año aunque no haya sido galardonada de ninguna forma, sobre todo por la increíble inmersión de Daniel Brühl encarnando al campeón austríaco. El cine independiente americano no ha tenido la recompensa de otros años, habiendo muestras tan interesantes como "Ain't them body saints", "Out of furnace" o "Paradise now", que aunque lejos de la perfección, sí llegan al mismo nivel otras nominadas.

"Ain't them body saints", con Casey Affleck y Rooney Mara,dirigida por David Lowery
    

La cita anual del genio de New York

     Como cada año desde los 70, Woody Allen nos regala una de sus obras, caracterizadas por su tono personal, el mimo a sus personajes, la ironía en sus diálogos y el sello exclusivo del autor en la selección de la música y el gusto en sus imágenes (amén de los mismos títulos de crédito en todas sus películas). Sin embargo, es muy difícil acudir al cine cada año con una película de suficiente brillantez como para estar entre los nominados, no obstante, los académicos han decidido, tras la fallida "A Roma con amor", nominar una de sus películas tan sólo dos años después de la fantástica "Midnight in Paris". "Blue Jasmine" atrae a su alrededor todas las expectativas esperables, habiendo sido parida por Allen y con las críticas iniciales a su favor se perfilaba como una nueva obra maestra que además llevaría a su protagonista a lo más alto. Por desgracia, como ya relate un su crítica, "Blue Jasmine" ofrece muchas cosas pero no cumple casi ninguna. Allen exagera unos personajes poco creíbles, asienta la acción en un personaje principal que, si bien se puede considerar muy bien interpretado, llena de histeria al espectador, no ofrece ninguna empatía y lo acompaña de diálogos y situaciones que recuerdan al universo del Newyorkino, pero que se quedan muy al margen de la precisión y sensibilidad mostradas en otras obras.

Cate Blanchett en "Blue Jasmine", de Woody Allen


Sospechosos habituales

       A parte de Allen, cuya costumbre anual siempre le ayuda a ser candidato, hay otra gente que suele estar muy presente en las últimas entregas de los premios, como son este año David O. Russell y Martin Scorsese.

     El primero lleva 3 participaciones en 4 años  con "The fighter", "Silver Linning Playbook" ("El lado bueno de las cosas") y este año con "American Hustle" ("La gran estafa americana"). La primera de ellas tenía a un esmerado Christian Bale y relataba modélicamente el ascenso al trono del boxeo de Micky Ward (Mark Wahlberg). La segunda fue la gran campanada del año pasado, consiguiendo colarse entre las supuestas mejores películas de año un simple drama de tintes románticos entre dos esquizofrénicos personajes. Este año arremete con una intriga de estafadores rodeado de su elenco de actores de siempre, destacando personalmente las interpretaciones de Bale y Jennifer Lawrence, y un estupendo trabajo de maquillaje. Sin embargo, la peĺícula es un compendio de altibajos que no terminan de asentar la historia para llevar al espectador a la experiencia prometida durante todo el metraje. La película deambula entre la tensión y la comedia, el suspense y el engaño pero ninguna de esas cosas alcanza una plenitud que le termine de dar la brillantez necesaria para llegar a la excelencia.

Bradley Cooper y Christian Bale en American Hustle

     Scorsese, al contrario de O. Russell, no es un sospechoso cualquiera. El gran maestro está presente en las nominaciones prácticamente cada vez que saca una nueva obra. Ejemplos como "El aviador", "Infiltrados","La invención de Hugo" o "Gangs of New York" le han llevado durante la última década a encontrarse entre los nominados, a lo que hay que sumar las otras muchas nominaciones de sus películas anteriores. El director americano no hace experimentos, entrega siempre trabajos bien elaborados , perfeccionados al milímetro, cuidando el producto palmo a palmo, acompañándose siempre de excelentes guiones a los que les otorga un ritmo trepidante sea cual sea la duración, que en su caso suele ser kilométrica. Acompañado de su actor fetiche, concienciado del ambiente social mundial en que vivimos últimamente y reclutando al chico de moda en Hollywood (Jonah Hill, no Ryan Gosling) nos estampa en la cara durante 3 horas la adrenalínica vida de uno de aquellos corredores de bolsa de los años 90 que se hicieron ricos a costa de la especulación monetaria. Durante el largo metraje asistimos, sin pérdida alguna de ritmo, a un espectacular carrusel de situaciones esperpénticas todas ellas con el dinero como motor, objetivo, medio o pasaporte para locura. Esta gran velocidad de sucesos permite recorrer la totalidad de la historia sin apenas retorcerse en el sillón, dirigiendo nuestra mirada con la mano del maestro de Queens, que conduce de forma tenaz y genial la compleja y alocada historia de este Lobo financiero. Tanto es el descontrol, que el excelente guión se ve durante la primera visión camuflado  por los chirriantes sucesos. Por ello, no sólo es una película genial, sino que invita a un segundo visionado (¡y eso que son 3 horas!) para fijarse en todo lo que esconden los diálogos de tan apasionante biografía (es decir, basada en hechos reales, lo cual es un dato importante).

DiCaprio y Margot Robbie en una escena de "The Wolf of Wall Street"
     
          Me queda por mencionar a uno de los eternos de los Oscar por excelencia, en este caso como actor, ya que Tom Hanks es uno de esos niños queridos por la academia. No tengo la menor duda de que el actor americano consta como uno de los favoritos al premio como actor principal en "Capitán Phillips", como ya lo hizo con "Philadelphia" o "Forrest Gump". Paul Greengrass, director de la cinta ya es conocido por su éxito en la saga "Bourne", y puede ponerle las cosas difíciles a los candidatos más fuertes. Ya hablé de ello en su crítica correspondiente, por lo que no me extenderé más.


El gran tirón de la esclavitud

      El año pasado vimos como dos de las películas nominadas llevaban de diferente manera el tema de la esclavitud como hilo conductor de su argumento. Este año el tema sigue vigente, aunque este año ya no desde un punto de vista político, como en la película de Spielberg, o irónico, como en la de Tarantino, sino mostrada en su naturaleza misma, con toda su crueldad. Steve McQueen, que lleva encima como director la responsabilidad de nombre emblemático, se planta en las nominaciones con la que puede ser una de las serias candidatas a llevarse el galardón. Tras la dura "Hunger" y la agobiante y melancólica "Shame", McQueen ahonda todavía más en la desesperación humana a través de una de las páginas más vergonzosas de la historia, usando para ello la novela con las memorias de Solomon Northup, en la que cuenta los doce años en los que fue secuestrado para trabajar como esclavo siendo un hombre libre. El director inglés maneja la cámara con maestría para mostrar la hostilidad y angustia del infierno de los campos de algodón, utilizando de nuevo a Fassbender, en este caso para dar vida un creíble y tiránico terrateniente que se jacta de la crueldad con la que trata a sus propiedades. Protagonizada maravillosamente por un poco conocido Chiwetel Eijofor (Que protagoniza una excelente serie inglesa llamada "The shadow line"), la película de McQueen supone un documento veraz del triste destino de ser negro en el lugar equivocado del planeta, además de constituir una de las apuestas más sólidas de cara a la estatuilla. Producida por la compañía de Brad Pitt, éste se reserva un pequeño papel hacia el final del metraje, que si bien peca un poco de papel inociente, es por otra parte necesario para concluir la historia.

En el centro, Chiwetel Eijofor en un fotograma de "12 años de esclavitud"

La transformación de un actor

        Si este año va a ser recordado, una de las cosas inequívocas por lo que permanecerá en nuestras mentes es por la increíble transformación de un actor en concreto, Mathew McConaughey. En su pequeño papel en "The Wolf of Wall Street" ya da una pequeña muestra de ello, pero ya quedó claro en "Mud" que estaba dejando atrás el uniforme de "playboy". De la mano de Jean-Marc Valleé, director del que no recuerdo nada que me hiciera regocijarme de placer, protagoniza una de las que son sin duda las grandes candidatas, "Dallas Buyers Club". No se cuantos kilos pudo haber adelgazado (15, 20, 30), pero su aspecto esquelético ya denota la dedicación que el actor le ha dado al papel. Basada en la vida real de Ron Woodroof, se mete en la piel de un vividor mujeriego y drogadicto que es diagnosticado de SIDA. A partir de ese momento su personaje se convierte en una especie de contrabandista de medicinas contra dicha enfermedad, acompañado de un sorprendente Jared Leto que se postula como firme candidato a la estatuilla de secundario. A parte de las buenas actuaciones, la película se completa con un sólido guión que hace que la tenga destacar como una de las obras de este año que más me ha sorprendido.


Jared Leto al lado de Mathew McConaughey en "Dallas Buyers Club"

Todos los años hay sorpresas


    Efectivamente, todos los años se cuela alguna joya sin hacer mucho ruido. Ocurrió en su día con "Pulp Fiction" o "Lost in translation", y este año es el turno de Spike Jonze con "Her". Jonze busca siempre historias controvertidas para contar, evade el tradicionalismo, y traslada sus conocimientos del videoclip musical a sus obras, dándoles aún mayor tono diferencial. Su anterior película, "Donde viven los monstruos", fue un fallido intento de llevar los sueños de un chirriante niño a la pantalla, jugando sus mejores bazas en la música y la hipnótica fotografía. Sus películas adquieren un cierto tono desesperante, que provoca productos irregulares, de culto para algunos, de aberración para otros. Sin embargo, en su mediometraje "I'm Here" Jonze comenzó a pulir su estilo, usando esta vez sí las características acertadas de la melancolía, lo cual termina de perfeccionar en su nueva obra, "Her". Alta era la posibilidad de que esta su nueva película fuera un producto de modernos, una pedante historia de amor electrónico con tintes transgresores pero lo cierto es que las expectativas de tal esperpento se disiparon en los primeros minutos. Protagonizada por el inquietante y talentoso Joaquin Phoenix, "Her" es un íntimo viaje hacia los elementos fundamentales del amor. La sensual voz de Scarlett Johansson nos acompaña a lo largo de una historia simple y sutil, ambientada en un futuro hipotético, donde la tecnología nos abre nuevos caminos para redescubrir nuevas formas de relacionarnos. Puede que peque en algunos detalles de inocencia o falta de detalle (Ese sexo "psico-bio-electrónico" no me lo creo ), pero el producto final es una bonita historia de amor entre dos personajes poco convencionales, acompañados de una excelente banda sonora y una cuidada puesta en escena entre fotografía, decorados y vestuario.


Joaquin Phoenix protagoniza "Her"
Lo que el espacio esconde

       Alfonso Cuarón ya sorprendió en su día con la atractiva "Hijos de los hombres". Su nueva película, ambientada totalmente en el espacio que rodea la atmósfera, consigue alcanzar cotas novedosas en varios ámbitos de la ciencia ficción. Sin presentar una revolución argumental, Cuarón hace de "Gravity" una obra maestra visual, llevando el uso del 3D a una nueva marca, con imágenes pasmosas que dejan al espectador asombrado. A ello hay que sumarle un guión consistente, que hace que la historia fluya veloz durante la hora y media que dura. Puede que científicamente presente algunos fallos obvios para los entendidos, pero si hacemos la vista gorda "Gravity" supone una entretenida y espectacular obra de ciencia ficción, novedosa en sus formas y visualmente asombrosa, que acaparará seguramente todas las estatuillas referentes a efectos visuales. También se encuentra correctamente interpretada por esa actriz tan antes encasillada llamada Sandra Bullock (¡¿Qué está pasando en Hollywood?!).



Un fotograma de la espectular "Gravity"

Lo que queda por ver

        Un humilde espectador como yo difícilmente es capaz de ver todas las películas nominadas antes de la entrega de los premios, no ya por tiempo, factor también muy importante, sino porque alguna de ellas es todavía imposible encontrar, y como no tengo el privilegio de asistir a los festivales de cine donde se proyectan inicialmente, se me antoja inalcanzable poder opinar a la vez sobre las nueve nominadas (aún por encima, desde hace unos años son muchas más). Por ello, se me hace imposible dar una opinión sobre "Nebraska" y "Philomena", dos películas de que sin embargo tengo grandes espectativas. La primera, dirigida por Alexander Payne, responsable de interesantes obras como "Los descendientes" o la maravillosa "Entre copas", nos cuenta un extraño viaje que recorre un anciano afectado por el Alzheimer, un típico personaje lleno de ternura como los que suelen poblar las películas de Payne. 

        
           
Fotograma de "Nebraska"
        Por otra parte, sea cual sea el título, siempre cabe esperar lo mejor de un director como Stephen Fears, que en este caso acude a las nominaciones con "Philomena". Al director de obras tan asombrosas como "Alta fidelidad" o "Amistades peligrosas" se le debe agradecimiento eterno y atención al menos momentánea en todo aquello nuevo que hace. Esta historia de una mujer que busca a su hijo dado en su adolescencia en adopción se encuentra nominada entre otras cosas a mejor guión adaptado, una de las categorías clave, por lo que merece nuestra consideración. 

           Tanto "Nebraska" como "Philomena" presenta un buen currículum para no ser obviadas fácilmente.


Hagan sus apuestas

    Este año no puede haber queja de la calidad de las películas. Cuando otros años sólo un par de films llegaban al nivel, este año podemos gozar de interesantes títulos con los que estrujarlos los sesos para acertar con la ganadora. Faltan todavía detalles por comentar, Las excelentes actuaciones que encontramos en la regular "Agosto", o las nominadas a mejor película extranjera merecen también atención, así como un mejor comentario de "Nebraska" y "Philomena", por lo que si llego a tiempo, puede que comente en otra entrega los muchos detalles que todavía quedan por descubrir de los premios de este año. 


 

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