viernes, 20 de febrero de 2015

¿Qué podemos esperar de los Oscars 2015?



       El 22 de Febrero se celebrará un nuevo certamen de la entrega de los premios de la academia americana del cine. Un año más, toda la atención de los medios se centra en el que sigue siendo el acontecimiento más importante del séptimo arte del año. No viene mal para ello, un pequeño resumen de lo que nos ofrece en esta nueva edición.



El miedo al fracaso

     El año pasado fue sin duda la esclavitud el tema recurrente de las películas nominadas. Este año, el patrón se repite todavía más, siendo el sentimiento de fracaso el eje central de muchos de las cintas que este año se encuentran nominadas.

    La nueva obra de Alejandro G. Inárritu, "Birdman", es una buena muestra de ello. Tras una filmografía llena de drama e historias desgarradoras, el director mexicano abandona el tono trágico de sus anteriores películas, reinventándose con una comedia negra sobre la necesidad de reconocimiento frente al éxito. Para ello, elige inmejorablemente a Michael Keaton para encarnar al atormentado actor que decide mostrar al mundo su valía dirigiendo una personal obra teatral que le permita espantar al superhéroe que interpretó durante años y demostrar su verdadero talento. Keaton, que curiosamente triunfo con su interpretación en los 80 de Batman, devora la cámara con una interpretación sublime, plasmando con gracia y veracidad los truenos que suenan dentro de la cabeza de su personaje. El adrenalínico guión vuela durante la primera hora y algo de película unido a los planos en secuencia continuos que siguen por todas partes a los actores por el laberíntico decorado, provocando una inmersión inmediata de espectador, al que no se le apenas respiro entre diálogo y diálogo. Pasadas la primera hora y cuarto, al mexicano se le va la mano y deja que su personaje divague con irrisorias fantasías que aíslan al resto de interpretaciones de la película, entre cuyas conversaciones la película deslumbra. La música, curiosamente, marca el cambio entre desvaríe y genialidad, alternando el rítmico jazz de las más geniales secuencias con la música clásica de las partes más enrevesadas. En todo caso, una genial película en su conjunto, que hace volver a lo grande al director mexicano.


      El cine independiente tampoco falta a su cita este año. "Whiplash", dirigida por Damien Chazalle, ya dio qué hablar en el pasado festival de Sundance donde se alzó como mejor película. En este caso nos adentramos dentro del mundo del Jazz, donde un joven estudiante, interpretado por Miles Teller, intenta hacerse un hueco en la banda de Jazz principal de uno de los mejores conservatorios de Estados Unidos. Chazalle, apenas un debutante, graba con nervio la tensión y el estrés sufridos por alcanzar la excelencia. Las escenas con instrumentos de por medio rebosan energía, la fuerza del Jazz se nota en cada segundo, y la angustia del protagonista por fracasar en sus ambiciones agobia al espectador y lo emociona al mismo tiempo. J.K. Simmons, el sublime intérprete que encarna al dictatorial profesor y director de la banda, borda un papel canalla, un perfeccionista psicótico capaz de exprimir hasta el alma a sus músicos por no perder el "tempo". Desapercibido hasta el momento, Simmons sólo destacaba por su inmenso papel en la magnífica y durísima serie carcelaria "OZ", puede que lo veamos más a menudo a partir de ahora. "Whiplash" es una película única, deslumbrante por momentos y con un éxtasis en cada una de las secuencias musicales extraordinario. Puede que no brille en todo su metraje, pero los instantes entre Teller y Simmons frente a frente ofrecen cine de primera categoría.



     El miedo al fracaso y la ambición de reconocimiento se hacen más patentes que en ninguna otra historia en "Foxcatcher". Curioso el caso de esta película que no se encuentra entre las nominadas a mejor película pero que sin embargo sí tiene nominaciones en el resto de premios importantes como Director o guión original. La tercera película de Bennett Miller ("Capote" y  "Moneyball") es una obra silenciada, donde la intimidad de cada plano transmite la desgracia interna de sus protagonistas. Elaborada con un ritmo lento, el director deja hablar a la cámara en largas secuencias de diálogos escuetos e imágenes lúgubres de colores apagados y atmósfera desoladora. Las imágenes iniciales, apenas habladas, cuentan como alguien que ha tocado el techo del éxito se ve solo, olvidado y a la sombre de la única persona que realmente se preocupa por él. La larga secuencia del entrenamiento entre los dos hermanos, al inicio, es un ejercicio ejemplar de como las imágenes pueden transmitir, en este caso, la difícil y a la vez tierna relación entre dos hermanos. Mark Ruffalo, Steve Carell e incluso Channing Tatun interpretan de forma admirable sus personajes, tres personalidades completamente distintas que confluyen en esta historia siniestra y trágica de superación deportiva.




El empeño por la vida ajena

     Que entre las nominadas se encuentren historias reales basadas en la vida de personalidades famosas o relevantes en la historia ya no es nada nuevo. Las biografías son una apuesta segura para conquistar los corazones del público, y este año son cuatro de las ocho nominadas, películas basadas en biografías.

     La única que he podido disfrutar por ahora de su visionado ha sido "The Imitation game", basada en diferentes épocas de la vida de Alan Turing, el hombre responsable de descifrar el código de la máquina Enigma que los nazis utilizaban para transferir sus códigos, y que fue procesado judicialmente por ser homosexual. Benedict Cumberbatch interpreta extraordinariamente a este desdichado personaje, metiéndose en la piel de un personaje complicado y extraño, marcado por su condición sexual y sus experiencias de la adolescencia, que se ven reflejadas en una de las partes de la película. El acierto de la película, aparte de la interpretación de Cumberbatch, reside en dividir la historia en tres partes que comprende la infancia, el proceso de descifrado de Enigma y la etapa final de Turing. Aunque la narración es correcta, la parte que comprende el descifrado de Enigma comprende la mayor parte del metraje, lo que constituye una ventaja y también un defecto, ya que por una parte es la parte más atractiva para el espectador a priori, pero llegado un punto acaba por volverse algo rutinaria y predecible. En conjunto, "The Imitation game" es una película entretenida, con una increíble interpretación de su protagonista, que nos desvela la difícil vida del que fue el padre de la informática.



Cuestión de fe

    Eso es lo que ha tenido que tener Richard Linklater para completar el rodaje, durante 12 años, de la infancia de un niño hasta su comienzo en la universidad. Esta obra única sin ningún precedente ha sido el fruto de la confianza ciega que su director a puesto en sus actores, y amigos, que han aprovechado cada momento que tenían para proseguir el rodaje compaginándolo con el resto de sus proyectos, y en la voluntad de un niño (ahora adulto) que ha permitido filmar en un película toda su vida. La obra de Linklater es fascinante por sí sola, una máquina del tiempo perfecta, sin maquillajes ni decorados, sin vestuario ni arreglos, sin nada necesario reflejar la vejez de los protagonistas o el crecimiento de los niños. No hay trampa ni cartón. El director refleja de forma exhaustiva la vida cotidiana de una familia cualquiera, en un estado cualquiera de los Estados Unidos, sin dramas, sin tramas, centrando el argumento de su película en el paso del tiempo, hacerse mayor y aprender de los errores de los adultos. Su narrativa es a su vez su ventaja y su desventaja. Muchos dirán que "Boyhood" no habla de nada, no profundiza, simplifica su argumento en como un niño se hace mayor sin un mensaje o moraleja final. Sin embargo, ¿No eso lo que Linklater quiere mostrar? Pocas películas reflejan la vida diaria de una verdadera familia americana, nos centramos en protagonistas de historias fantásticas o poco creíbles de gente que siempre vive en Nueva York o L.A., cuando la mayor parte de la población de ese país vive en pequeñas ciudades fuera de las grandes urbes. Los errores cometidos, avanzar hacia adelante, aprender y volver a cometer errores, dar vueltas sin mapa visitando mil sitios para volver a un mismo punto son los temas de los que trata esta película. El niño protagonista es meramente un espectador, observa lo que le viene encima cuando sea mayor, viendo como sus padres improvisan para arreglar sus vidas. Quizá la vida no es más que eso, improvisar. 




El éxito de los extraño

   En su día ya hablé del "Gran hotel Budapuest", por lo que la crítica extendida la podéis encontrar aquí. La película de Anderson es una comedia alocada y extraña, llena de personajes y situaciones llamativas, que hizo en su día las delicias de sus fans. A mí, en mi humilde opinión, no me ha hecho gracia. Utilizar una y otra vez los mismos recursos en las películas para fascinar al espectador puede ser algo normal dependiendo del director y del recurso; a nadie le puede aburrir un plano secuencia bien hecho, pero abusar de la voz en off, de los personajes pintoresco o de las situaciones irrisorias puede ser agotador si lo que me cuentan no es algo que merezca la pena. En este caso, para mí, una nube de humo que esconde una tontería.


Lo que queda por ver

    No me ha sido posible este año visionar todas las películas, sin embargo, intentaré hacer alguna reseña de las que faltan en el futuro:

    Clint Eastwood, después de su criticada "The Jersey Boys", vuelve con el relato del francotirador Chris Kyle en "America Sniper". Si el director americano promete volver a la senda marcada en "Gran torino", y vista la polémica despertada en Estados Unidos tras su estreno, puede que sea una de las grandes promesas de cara a los premios. Pena que todavía no se halla estrenado en nuestro país.

    "Selma" es otra de las películas que todavía no he podido disfrutar. En ella se cuenta una de las etapas de la vida política de Martin Luther King, dirigida por una poco conocida Ava DuVernay. Desde luego, de todas las nominadas, es la que menos ruido está haciendo, pero si se encuentra entre las elegidas siempre puede ser una sorpresa.

   "The theory of everything" completa la serie de películas basadas en biografías, en este caso en los primeros años del matrimonio de con su primera mujer de Stephen Hawking y la lucha contra su enfermedad degenerativa. Dirigida por le director James March, ganador de un Oscar por el documental "Man on wire", las buenas críticas acompañan su candidatura, pero puede que se diluya ante la fuerza más original del resto de candidaturas.



Holywood es siempre Holywood

     Todos los años hay alguna falta sonada. No quiero dejar pasar la ocasión para destacar primero la increíble interpretación de Julian Moore en "Still Alice", una película además muy recomendable. No he podido disfrutar aún de "Interstellar", pero buenas fuentes me han dicho que su falta en las nominaciones es escandalosa. La espeluznante "Nightcrawler", sólo nominada a guión, es ignorada por la maravillosa interpretación de Jake Gyllenhaal y las excitantes escenas rodadas por su director Dan Gilroy. Pero a mí me falta, dejándome muchas buenas pelis en el cajón, una que he visto hace poco y ni siquiera sale mencionada en ninguna nominación, que es "Love is strange", una de las películas más emotivas que he visto desde hace mucho. La interpretación de Alfred Molina y de John Lithgow merecen bastante más que una nominación, y la dirección de Ira Sachs deja para el disfrute de los ojos algunos de los mejores y más emocionantes planos que he visto este año. Espero que, aunque esté fuera de concurso, alguno de vosotros se digne a verla.

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